El tercer intento fue con Super Sculpey, que es suave y agradable de trabajar, así que me encantó. Quedé con mi amiga Laura y las dos estuvimos haciendo cabezas para probar que tal nos iba. Las cocinamos bien y yo luego en mi casa seguí trabajando en ella y le añadí y retoqué algunas cosas.
Entonces fui a cocinarla de nuevo, pero me confundí de temperatura y casi la carbonizo.
Esté fue el resultado final, y como sus rasgos ya empezaban a gustarme me dio mucha lástima abandonarlo
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